
El enfoque sistémico en psicoterapia, es la aplicación de la teoría general de los sistemas a las relaciones de comunicación grupal. La realidad vista desde una perspectiva holística y también integradora, donde lo importante son las relaciones ya que el comportamiento de una persona es influenciado las acciones de otro, que por su parte influye también sobre el primero.
No solo se interesa, por lo que la persona es en presente, si no por lo que será a futuro, observando patrones de comportamiento. Además de patrones actuales que mejoran las relaciones con los diferentes sistemas que rodean a la persona.
No se buscan etiquetas ni el origen o raíz del problema.
Terapia familiar sistémica:
Emerge como una posibilidad de entender cada caso e incorporar, de manera directa o indirecta, a los diferentes miembros del sistema implicados con el síntoma. ¿El motivo? Sin un trabajo en red con la familia o los sistemas implicados podemos encontrarnos con resistencias al cambio. Por ello, es fundamental la comprensión desde una perspectiva más amplia, con causalidad circular y neutralidad. Por consiguiente, el significado de las relaciones y contenido juegan un papel crucial en el proceso terapéutico. La narrativa de la familia es el resultado del significado que hace de la experiencia relacional. Así como del mantenimiento del síntoma. Que, en muchas ocasiones, permite la homeostasis de la familia.
Psicoterapia emocional sistémica
Se nutre de una clara e indudable influencia de la anterior. Sin embargo, de manera histórica, es importante recordar que, aunque la terapia familiar sistemática más ortodoxa aborda postulados contrastados a partir de la conducta de la familia, apenas se teorizó la parte emocional.
Influencia en las corrientes humanistas
Desde una perspectiva e influencia de diversas corrientes humanistas, se considera crucial reconocer la influencia de los procesamientos de funcionamiento emocional. En los modelos humanistas no se apela al pasado del consultante y se evita las clasificaciones, centrándose en las capacidades y herramientas de la persona. Con el fin de vivir una mayor consciencia del presente y promover la reflexión sobre la conducta. Todo ello junto con recursos específicos relacionales que permiten una visión más global de las dinámicas familiares. Además de un manejo consciente del mundo afectivo interpersonal. Buscando en la historia de la familia comprender a cada uno de sus miembros. El fin es poder reconstruir vínculos afectivos donde el síntoma no sea necesario.